La información es un recurso estratégico más de la empresa. El personal de
la empresa, los medios materiales y económicos son considerados
recursos de la misma porque generan unos rendimientos, es decir, son
productivos. Pero la información también produce rendimientos ya que
tiene la misión de informar, revelar alternativas, reduce incertidumbres
y desvela soluciones entre otras cosas (Hornos, Araque y Abad, 1998:
185).
Según Cornellá (1994), los principios fundamentales de la filosofía de los recursos de información en la empresa son:
1.
La información debe considerarse como uno de los principales recursos
de la empresa. Es un recurso que debe manejarse con el mismo cuidado que
los tradicionales recursos de la empresa (recursos financieros,
humanos... etc.).
2. La información de la que dispone una empresa, y en particular sus instrumentos de obtención, digestión y proyección de información deberían aparecer en su balance.
3.
La información no es patrimonio de las personas ni de los departamentos
que la generan, buscan, almacenan o utilizan, sino que es patrimonio de
la empresa en su conjunto. Así como todo miembro de una organización
tiene unos derechos informacionales (la organización debe facilitarle el
acceso a la información necesaria para el desarrollo de su función en
la empresa), también tiene unos deberes informacionales (todo miembro de
la organización debe entender que la información de la que dispone
puede ser de utilidad a otro miembro, y por lo tanto, debe tener una
actitud contraria al secretismo.